“NO ME DEJEN AQUÍ”, CLAMA LA NIÑA MUERTA EN EL PISO 8 DEL IMSS

| miércoles, 3 de noviembre de 2010 | |
EQUIPO DE INVESTIGACION DE “LOS FANTASMAS”

    Impactante, terrorífico, increíble, lo que sucedió en  la clínica abandonada del IMSS madero, durante el trabajo de investigación y control remoto que llevó a cabo el equipo de LOS FANTASMAS hace solamente 10 días.
     La audiencia estuvo escuchando con atención las incidencias que tuvo el equipo de trabajo durante  cinco horas, en que hubo de todo: voces de niños, lloriqueos y exclamaciones en el piso 8 que fue la zona de pediatría
     La mujer que hace tres años y que se lanzó del piso siete cuando trasplantada de riñón su cuerpo rechazó el nuevo órgano y que ahora su energía se manifiesta con altísima agresividad. Ese piso llamado “de la muerte” manifiesta muchas expresiones paranormales, que iremos relatando. En ese lugar moría el 50 por ciento de los pacientes encamados.
     En el sexto piso dedicado en su tiempo a quienes padecen problemas de sida,  o a enfermos crónico degenerativos y que ahora, en el abandono, lanza manifestaciones como portazos, gritos, fantasmas que deambulan y levitan.
     Hasta llegar a las salas de operación, espacio donde muchos murieron y otros lograron salvar sus vidas, pero cuya energía queda ahí plasmada, entre tanto dolor que sufrieron los pacientes, durante 36 años que estuvo dando servicio esta clínica.
                                                          LA CRONICA DE  LO QUE SUCEDIÓ.
     Debido a la gran cantidad de hechos sobrenaturales que ocurrieron a los integrantes del equipo de LOS FANTASMAS haremos una crónica sobre lo acontecido, que no deja de ser espeluznante.
     Ese viernes la noche estaba especialmente tétrica: la luna llena, el cielo cubierto parcialmente por nubes, recién llovido, el frío se sentía a golpe. La clínica abandonada del IMSS lucía lastimera, mudo testigo del dolor, la muerte y la vida.
    Era la noche perfecta para acudir a ese lugar. Causaba escalofrío dese minutos antes. Como si los muertos estuvieran esperando la llegada del equipo.
    María Elena la vigilante del IMSS quien durante 35 años ha desempeñado su trabajo, recibió al equipo integrado por su directora Sarita, Charly, Bricio y su camarógrafo de Televisión Azteca, Tona, Checo, Fidel empleado del IMSS y otros invitados. Eran las ocho de la noche, la torre de la clínica estaba sin luz, a excepción de las escaleras. Los elevadores sin funcionar, las líneas telefónicas cortadas, todo en esa masa de cemento abandonada, que a finales de año será derrumbada.
       “Que le puedo decir, confesó la policía vigilante, yo nunca he sentido nada en toda mi vida que tengo aquí de trabajar, he visto tanto muertos, he entregado muchos a sus deudos que la verdad es un trabajo normal. Pero sí le puedo comentar que durante estos tiempos nosotros hemos sentido a veces escalofríos muy extraños y no sabemos porque solo con algunos difuntitos”
     “Recuerdo que un día cuando transportaba un extinto, comentó, de pronto vi como se sentó. Me espante tanto que la camilla salió por allá y el muerto lo dejé ahí. No paré hasta que llegué con el doctor en turno quien me dijo que a veces los cadáveres se “estiran” y provoca ese tipo de situaciones que la verdad pueden matar a un cristiano de un infarto”.
     “tengo muchas ganas, dijo María Elena, de ver qué pasó con mi papá, el murió en esta clínica y diera todo por poder saber qué pasa con él. Ojalá que el equipo de investigación pudiera decirme algo”…
    En ese momento tres miembros del equipo de investigación quedaron pasmados observando hacia el piso siete, “el de la muerte” donde estaban distinguiendo entre la penumbra la figura  de una mujer. Estaba observando hacia el exterior. Fijamente. Daba miedo. Desde ahí comenzó el terror.
    “Es el fantasma de la mujer que se suicidó hace 4 años. Dijo Fidel empleado del IMSS y quien acompañaba al grupo de trabajo, ese día ella pidió a su madre que la dejara sola un rato. Justo en ese momento abrió la ventana y se lanzó al vacío. Su madre comentó que había sido trasplantada de un riñón pero su cuerpo lo rechazó por eso decidió privarse la vida”.
                                              “NO ME DEJEN AQUÍ”, PIDE LA NIÑA MUERTA
    El recorrido inició. El grupo comenzó a transitar los pasillos oscuros y fríos de la clínica, la luz de la luna penetraba por los ventanales. María Elena decidió escoltarlos y mientras enfilaban sus pasos por lo que es urgencias y donde están los quirófanos les dijo de un hecho extraño que ha sucedido desde que la clínica fue abandonada.
   “Todas las noches, a eso de las dos de la madrugada invariablemente suena un teléfono. Cuando lo contestamos, hemos escuchado la voz de una niña que con voz trémula y suplicante nos dice: “no me dejen aquí”…”no me dejen solita”, luego se interrumpe la llamada. Nosotros nos quedamos extrañados porque desde que fue reubicada la clínica los teléfonos no tienen líneas ni están en servicio, y mire, ya lo podemos probar”.
    Bricio en ese momento que se encontraba en el piso ocho levantó el teléfono pero quedó lleno de sorpresa cuando comenzó a marcarse solitario y se oyó una línea como si estuviera en activo. Lo colgó de golpe. Volvió a subirlo y se dio cuenta que no estaba fuera de servicio.
        Mostro un rictus de sorpresa.
       María Elena comentaba que todas las noches pasa lo mismo. No hay servicio telefónico pero la niña les sigue hablando. Al equipo le esperaban sorpresas cuando más tarde llegarían al piso ocho de pediatría.
                                                            EL CONTACTO CON UN MUERTO
     Los quirófanos son espacios muy importantes, hasta ahí llegaron los investigadores. Eran las 9 de la noche, una hora antes de iniciar la transmisión del control remoto a través del 990 de AM en “A Toda Máquina” de cadena Rasa. Sarita fue directa al quirófano numero 6, donde sintió un frio muy especial.
    Su semblante fue cambiando paulatinamente y en un momento dado preguntó que ahí estaba la presencia de un hombre fallecido. “Al parecer, quiere mandar un mensaje”…silencio.
    Atrás se encontraba la vigilante María Elena quien se estremeció: “Aquí fue operado mi papá, cuando estuvo muy delicado de salud, fue en este quirófano”, dijo…”tu papá está aquí” le contestó Sarita…quedó un rato en silencio…a la expectativa.
    El frío se intensificó. “Quien es una mujer de nombre Carmelita?”, preguntó, “me dicen mucho de ese nombre: Carmelita”, inquirió la directora del programa
    María Elena en ese momento quedó impactada y cubierta de lágrimas: “es mi hermana, era la hija consentida de mi papá”…inconsolable e impresionada por la revelación hecha y por el mensaje inequívoco de que su padre llamado Justo se encontraba contactando con su hija.
    ¿Está bien mi papá, con mis parientes?, atrevió a preguntar María Elena…”No” tuvo por respuesta, “no ha podido trascender, pero está aquí “.
    “Papá, dijo la vigilante, dirigiéndose a la energía contactada, cuando moriste me encargaste cosas y quiero decirte que no podré cumplirlas porque tengo una enfermedad”..Lloró con mucho sentimiento de manera inconsolable.
   Sarita para ese entonces había preguntado a Justo, a petición de parte, que si la adopción de un bebé que tuvo en su favor su hermana Carmelita, era producto de la intervención de su padre ya fallecido. La respuesta fue tajante: “sí”. Y es que justo al año de muerto, el día de aniversario luctuoso, recibió la agradable noticia.
     “Me habla él, prosiguió Sarita, de jaloncitos en el cabello. ¿Qué significa?...en ese momento María Elena respondió todavía con mayor sorpresa, que era el modo como su padre les hacía cariñitos a sus hijos. “así nos hacía en el cabello”.
     El estado de shock de todos los presente iba en aumento.
    Las varitas de radiestesia en ese momento estaban fijas justamente a un lado de María Elena.
La energía de su padre comenzó a ceder, diluirse, poco a poco, pero antes de que eso ocurriera, llego un último mensaje para la familia que con ello daba certeza a su “presencia”:
    “Me habla de un sillón o una silla de madera, muy cómoda..Me la señala”, dijo Sarita
     María Elena ya no pudo mas, casi gritó diciendo que esa silla es donde siempre acostumbraba a descansar su padre. Es muy querida por él y aún la conservamos”…
   Ella salió del lugar y rompió abiertamente en llanto, inconsolable pero agradecida con la energía de su padre y con la oportunidad que tuvo de haber contactado con su papá quien dejó de existir en esta clínica que ahora luce abandonada, fría y llena de fantasmas.
                                      RUIDOS DE CAMILLAS Y TOZ DE ENFERMOS
    Muy cerca del lugar ocurría otro fenómeno paranormal. Tona, hijo de Sarita, joven con sensibilidad para fenómenos paranormales, acompañaba al camarógrafo de televisión Azteca, muy cerca donde se encuentra otro quirófano.
   “Escucho, dijo el camarógrafo, mucho ruido allá adentro y no hay nadie”, comentó.
    Los dos se acercaron lo mas que pudieron y justamente cuando estuvieron ahí lo primero que les espantó fue como si alguien, como si estuviera enfermo, tosiera para sacar flemas, era muy clarito. Nuevamente se oyó el sonido de la toz.
     “No tengas miedo Tona, retrocede con tranquilidad”, dijo el camarógrafo, pero muerto de miedo, mostraba un terror en el rostro.
    Tona se mostraba serio y respetuoso casi estático. En ese momento escucharon un sonido como si alguien estuviera moviendo material de operaciones y una  camilla. Evidentemente que nadie estaba en ese lugar a excepción de ellos dos. No había más. A excepción de los fantasmas que pueblan el lugar.
    Cuando retrocedían ambos vieron pasar una figura de hombre, negra, de fantasma, que levitando cruzó las paredes. ¿La viste?, se preguntaron uno a otro. Si, fue la respuesta.
     Todo lo anterior quedó grabado y hasta este momento se lleva a cabo el trabajo de análisis del material con la finalidad de posteriormente dar a conocer los resultados técnicos de esta investigación que sin duda es muy valiosa.
     Uno de los vigilantes, hombre, también acompañaba al grupo que aún se desplazaba por el primer piso y cuando estaban en la zona de urgencias, una de las puertas se azotó. El policía se espantó y llamó al equipo, “ya no tengo miedo, explicó, porque estoy acostumbrado a eso y más”
    “Pero ahora que está solo el edificio cuando recorro solitario algunas áreas a veces sí me da mucho miedo, siento que alguien me viene siguiendo, que alguien me observa, a veces siento un frio que se me mete al cuerpo o lo siento en las espaldas, yo no sé lo que sea pero ciertamente que las cosas han cambiado de un tiempo acá” dijo.
     Eran las diez de la noche y el control remoto comenzó a difundirse, ya para ese entonces el equipo había llegado al octavo piso, de pediatría,  en donde fueron “recibidos” de entrada por unas serie de manifestaciones, sobre todo llamó la atención un cuarto en donde estaba una hoja pegada a la pared con el nombre de Erik.
   Erik murió ahí. Y lo que aconteció, lo relataremos en la crónica el próximo lunes. No se lo pierda.

                                             PRIMERO DE DOS PARTES   (CONTINUARÁ).

1 comentarios:

Pepe Says:
13 de enero de 2011, 4:59

¿porqué terror?
los muertos no hacen daño, es a los vivos a los que hay que temer.

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